lunes, 19 de noviembre de 2007

ARQUITECTURA MODERNA BOLIVIANA

ARQUITECTURA MODERNA BOLIVIANA




Sergio Elio es un arquitecto que a sus 27 años tiene muy claro lo que quiere hacer: una arquitectura con toques minimalistas, pero con reminiscencias simétricas y líticas evocando a la arquitectura, cuyos trabajos pueden verse en la exposición titulada "El aprendiz de mago", en la Alianza Francesa de La Paz. Al igual que Elio, otros 17 arquitectos jóvenes exponen sus trabajos demostrando que la arquitectura boliviana está cambiando de rostros gracias a sus diversas vertientes, pensamientos y escuelas.Es así que en la muestra se pueden ver los trabajos de estos jóvenes profesionales como la Universidad Técnica Privada de Santa Cruz (Utepsa) de Hans Kenning; Hotel Titikaka en La Paz, de Sergio Elio; la urbanización La Tetilla de Oruro, de Aivar Chávez; o los proyectos de la pasarela sobre la calle Evaristo Valle de La Paz, de Mario Ibáñez.También están presentes aquellos que han obtenido reconocimientos y premios a nivel nacional como la primera mención al edificio de las oficinas de Semapa, de Sergio Céspedes; el primer premio concurso reposición de inmuebles facultativos, de Carlos Sanginés, y primer concurso público nacional edificio Petrobras, de Hugo Fiaschetti.




El objetivo de esta exposición es dar a conocer, tanto a estudiantes de la carrera de arquitectura como al público en general, trabajos de profesionales que fueron merecedores de premios o menciones en concursos a nivel nacional y que no sobrepasen los 40 años.Las nuevas tendencias
Hugo Fiaschetti, de Santa Cruz, comenta que no existe una uniformidad en los trabajos de los jóvenes arquitectos de Santa Cruz, pues muchos de ellos salen profesionales bajo la influencia de la universidad y copian lo que les gustó. "Como en Bolivia, en general, hay un popurrí de cosas (tendencias europeas, norteamericanas y vernaculares) no hay una línea definida, pero es bueno tener modernidad. Como la arquitectura es un arte también es una moda. Hace diez años en Santa Cruz había un predominio en el uso del color y la textura, algo que saturó el paisaje urbanístico de la urbe y actualmente hay un retorno al minimalismo, algo más limpio y a la vez sobrio", dice Fiaschetti, que cuenta entre sus obras la agencia central del Banco Ganadero en la capital cruceña.Por su parte, el arquitecto organizador de esta muestra, Fernando Martínez, señala que es muy difícil encasillar en una sola corriente los trabajos que realizan los nuevos valores de esta rama. "Si antes estaban muy presentes en nuestro medio el posmodernismo, organicismo o el funcionalismo, hoy existen otras tendencias contemporáneas internacionales que se van adecuando a nuestro país", dice Martínez.


"Lo que vemos en esta exposición son conceptos contemporáneos y alejados de antiguas tendencias, como el constructivismo; ahora se trata más el manejo del espacio", explica."La arquitectura que se hacía en nuestro país era posmodernista y consistía en rescatar los valores clásicos griegos en columnas o tímpanos, pero de forma muy ordinaria y sin valor. La belleza de la arquitectura clásica es en mármol y labrada. En La Paz se hacen cubos que si alguien echará una pintura blanca sobre la ciudad nadie reconocería dónde vive", dice el arquitecto Sergio Elio."Francamente me ha sorprendido la exposición de la Alianza Francesa y he podido ver el nivel muy alto de arquitectura nueva y muy atrevida, y con calidad de espacio muy buena", sostiene Elio.Revalorizando el oficioUn gran problema que tiene la arquitectura es que muchos de los planos y proyectos no terminan como fueron concebidos inicialmente, debido a varios factores. "Desgraciadamente, el arquitecto nunca supervisa todo el proceso de la construcción y esta tarea es delegada al maestro constructor, pues éste tiene costos económicos más bajos y tiene el mismo criterio que el arquitecto diseñador de los planos. Otro motivo es la falta de política de control de la Alcaldía sobre estas construcciones, pues muchas son clandestinas", dice Martínez.Esto le ocurrió al arquitecto Christian Dávila, quien vio cómo varios de sus proyectos cambiaron radicalmente cuando el cliente concluyó la obra. "Me pasó en varias casas en la zona Sur de La Paz como también con el Hospital Maternológico de Riberalta, que no se concluyó tal como debería ser", dice.

Actualmente Dávila trabaja en el proyecto de Museos del Lago, que son construidos en el ex puerto de Huaqui."Pienso que de a poco esta situación va mejorando porque la gente no se atreve tanto, como antes, a ‘despreciar’ la profesión del arquitecto y se entiende del porqué un arquitecto debe supervisar el proyecto. Es un proceso sumamente lento pero nosotros mismos estamos logrando que cambie esta mentalidad", sostiene.Dávila sostiene que actualmente se da más prioridad a una arquitectura funcional porque se enfoca en responder de la forma más adecuada y funcional a todos los problemas que plantea cada proyecto.En la galería de la Alianza Francesa se pueden apreciar 29 proyectos expuestos en paneles, donde llevan los planos de construcción, el diseño en su estructura tridimensional y fotografías de la obra junto a los nombres de sus creadores.Los arquitectos participantes son Mario Ibáñez (La Paz, 1976), Sergio Elio (La Paz, 1977), Fernando Martínez (Potosí, 1971), Ramiro Rojas (La Paz, 1974), Samuel Uriarte (La Paz, 1975), Sergio Coss (La Paz, 1975), Ariel Quiroga (La Paz, 1975), Laura Ponce de León (La Paz, 1971), Hugo Fiaschetti (Santa Cruz, 1969), Hans Kenning (Costa Rica nacionalizado boliviano, 1967), Carlos Sanjinés (La Paz, 1970), Sergio Céspedes (La Paz, 1975), Aivar Chávez (La Paz, 1975), Jennifer Shepard (La Paz, 1973), Christian Dávila (La Paz, 1971) y Viviana Vaca (Argentina, nacionalizada boliviana, 1978).

EVOLUCION DE LA ARQ. BOLIVIANA


Arquitectura Boliviana y su desarrollo.






Santa Cruz de la Sierra-Bolivia Heterogeneidad de Formas, Funciones y Tecnología. Sólo dos de las más de 200.000 edificaciones donde viven el millón de habitantes de Santa Cruz de la Sierra, fueron construidas antes de 1860. Aún presentando raíces coloniales, la arquitectura cruceña es básicamente el producto de la cultura material del último siglo, y actualmente, como el principal centro económico del país. La ciudad de Santa Cruz de la Sierra ha sido construida por 21 generaciones.


Considerando a una \"generación\" equivalente a un período de 25 años. Para los historiadores equivale indistintamente para 10 años (EE.UU.-Gran Bretaña) o 20 años (Francia-Alemania). De cualquier manera, el concepto de \"generación\" como equivalente a 50 ó 60 años, utilizado popularmente, es históricamente inapropiado, ya que la influencia de una generación no se mide por los años que vive un hombre. Cada generación, asume uno o varios proyectos de configuración urbana, fundamentados en tipologías arquitectónicas que en algunos casos se insertan en una tipología de diseño urbano coincidente con el tipo arquitectónico. Desde la adopción provisional del \"pahuichi\" como tipología residencial configurante de su entorno urbano, los cruceños han ensayado al menos otros siete proyectos de configuración de su imagen urbana. De los ocho proyectos asumidos históricamente, los seis primeros se asentaron en la cuadrícula fundacional y su periferia irregular, mientras que sólo en el séptimo proyecto se propuso una redefinición del diseño urbano colonial (cuadrícula), que finalmente se concretó en un diseño radio-concéntrico, primero cerrado y después, abierto. Las generaciones arquitectónicas y el proyecto de imagen urbana que cada una impuso, motivaron conflictos al superponerse sus proyectos en el tiempo y el espacio. De esta manera, el originalmente compacto y homogéneo centro urbano se convirtió en un entorno donde hoy se superponen caóticamente siete proyectos generacionales diferentes, ya que el primer proyecto fue substituido completamente. Material y culturalmente, se intentó construir nuevas ciudades superpuestas y alrededor de la primera, pero ningún proyecto generacional pudo reemplazar completamente a los anteriores. 1. Cabaña Mestiza o Pahuichi (1595-1975) El \"pahuichi\" es la tipología predominante del largo período colonial, que en Santa Cruz alcanza niveles de aislamiento epopéyicos.


Esta vivienda es un híbrido entre la cabaña rural peninsular y la arquitectura indígena. Este modelo arquitectónico, esencialmente efímero y de fácil ejecución, es construído con materiales apenas elaborados, y además de caracterizar la arquitectura rural, también definió la imagen urbana cruceña hasta bien entrado el siglo XIX. La armazón maderera con hastial cubría con hojas entrelazadas de la palmera motacú, una habitación y la punilla, especie de galería en el frente. Para fines de los años 60 apenas se podía identificar algún pahuichi en el área urbana, que desapareció como tipología residencial hacia 1975. Las bondades (economía, rapidez de ejecución y óptimo comportamiento ambiental) de esta tipología fueron reconocidas por la arquitectura moderna recreacional, que la ha recuperado vigente a través de restaurantes, sedes de fraternidades y clubes deportivos, que han optado por una especie de \"pahuichi estilizado\", más vinculado a la arquitectura tropical hawaiana. En estos ejemplos, las hojas de motacú han sido reemplazadas por la jatata, y la cubierta es cónica o presenta cambios de pendiente, con énfasis decorativo.


2. Casa Compacta (1750-1830) La tipología de vivienda compacta presenta dos soluciones diferenciadas en lo morfológico y tecnológico. Esta unidad maciza coincide con una situación más estable del asentamiento colonial que se orienta definitivamente hacia la producción agropecuaria, y sienta las bases tecnológicas para nuevos modelos, aún más elaborados. Está constituida por hileras de habitaciones continuas que conforman patios circunstanciales. Los muros pueden ser de adobe, pero generalmente se trata de armazones madereras con paredes no estructurales de tabique. La mayor parte tenía como cubierta a troncos de palma en traslape, y muy pocas estaban cubiertas con tejas. Algunos ejemplos de esta tipología contaban con dos plantas, caracterizándoles el balcón en voladizo en el nivel superior. Los muros portantes son de adobe, y apoyan las vigas en saledizo donde se construye el balcón que comunica las habitaciones superiores entre sí. 3. Casa con Galería Maderera (1767-1916) La tipología maderera con galerías exteriores de madera, corresponde a una sociedad ya con varias décadas de actividad en la producción agrícola y ganadera, y que se interesa en la construcción de un entorno más elaborado. Los volúmenes macizos, de estructura maderera y paredes de tabique, ganaron corredores cubiertos hacia la calle y hacia el patio interior, manteniéndose la organización de habitaciones en hilera y patios circunstanciales. Las columnas y capiteles de madera se trabajaron con detalles vegetales estilizados y se pintaron con colores obtenidos por resinas naturales. Una vez que se gana continuidad en la calle, esta tipología transforma la imagen urbana precaria y sencilla. La galería exterior contínua, como un espacio transicional que no es público ni privado, favorece una vivencia extraordinaria de la calle. Sus notables ventajas ambientales (protección contra el sol y la lluvia) también contribuyen a su consolidación como tipología predominante, y para mediados del siglo XIX, esta tipología define la imagen del centro de la ciudad.





Neoclásico Tropical (1839-1920) Las galerías exteriores de madera son reemplazadas por columnas de ladrillo adobito que reproducen el lenguaje toscano. En primer lugar, permanecieron los intercolumnios amplios, correspondientes al largo de las vigas de madera que continuaron actuando como soporte de las vigas.


Paulatinamente, estos intercolumnios madereros fueron reemplazados por arcos rebajados y de medio punto, construidos con ladrillos a sardinel. Esto termina alterando tecnológicamente la columnata, al mismo tiempo que los muros pasaron a ser levantados con adobe y finalmente con ladrillo y cal. El espacio entre columnas se redujo y con ello la transparencia del corredor tradicional se vió seriamente afectada, alterándose el sentido vivencial de este espacio de transición. Finalmente, el volúmen es coronado con un parapeto que oculta el tejado, otorgando elegancia a la edificación. En los casos de dos plantas existían tres opciones: o el segundo cuerpo repetía la galer ía del primero, o ésta se limitaba a un sector, o simplemente el segundo cuerpo se cerraba sin galería.


5. Eclecticismo (1892-1937) Caracterizado por su énfasis morfológico, fundamentalmente fachadista, y por la eliminación de la galería exterior y el tratamiento historicista del frente a la calle. En dos casos se reconocen elementos del Art Nouveau, pero no llegan a determinar una tendencia. El sentido fachadista de esta arquitectura se reconoce al constatar que en los patios interiores, se mantuvo el lenguaje toscano con galerías, y la solución de planta en hilera tradicional. Su contribución a la imagen urbana fue puntual, jerarquizando obras aisladas, a tiempo que afectó la continuidad de la línea de construcción.


6. Neocolonial (1938-50) Esta tipología corresponde a la recuperación de una supuesta arquitectura colonial hispanoamericana vinculada a una nostalgia del pasado, que paradójicamente tiene a la arquitectura californiana como su referente principal. En la práctica supuso una aplicación decorativa superficial sobre tipologías modernas y algunos la entienden como una expresión ecléctica más. Esta arquitectura no tuvo un efecto posterior significativo, salvo el conjunto de viviendas del Barrio Bancario (1950s) y ciertos \"chalets\" del Barrio Sur; debido a que coincidió con el surgimiento del movimiento moderno.


7. Movimiento Moderno (1947-2000) . La adopción de las tendencias arquitectónicas del llamado \"movimiento moderno\", principalmente del racionalismo funcionalista y formalista, coincide con el proceso de integración real de la ciudad con el resto del país y los países vecinos, principalmente Argentina y Brasil. Se inicia con la construcción de la sede de la Universidad Gabriel René Moreno (1939-41), que en realidad presenta un lenguaje Art Decó simplificado. Las soluciones funcionales son todavía tradicionales, y los volúmenes son revestidos con elevaciones desprovistas de decoración o galerías. Nuevos materiales son ensayados (ladrillo cerámico, tubos de cemento o acero, pisos de mosaico y hormigón armado) y se incorporan elementos y espacios funcionales desconocidos (chimeneas, cocina-comedor y garajes). El funcionalismo y el formalismo, las dos tendencias más sólidas del racionalismo, encuentran en la pujante Santa Cruz un espacio propicio para desarrollarse. La arquitectura moderna, enfatizando la vivienda aislada, configuró varios barrios residenciales. Se enfatizaron soluciones volumétricamente delimitadas, eliminando cualquier tipo de aleros protectores. Se prefirió la losa de hormigón armado y los grandes ventanales, a pesar de las condiciones climáticas. Los parasoles fueron más que todo aplicados decorativamente, ya que eran interpretados en ese marco.